EL LAGO DE SANABRIA
Hace tiempo que deseaba ir al Lago de Sanabria, y por fin lo he logrado, una pequeña escapada el pasado 16 de mayo, que me ha sabido a poco, pero me ha permitido contemplar y pasear por este paraje de espectacular belleza al que espero poder regresar algún día y a poder ser en otoño por que tiene que ser una verdadera gozada, os dejo unas fotos para meteros el gusanillo en el cuerpo y que os animéis a pasaros por allí, realmente merece la pena.
Por su extraordinaria belleza y por su origen como accidente natural es uno de los paisajes más interesantes de cuantos podemos disfrutar en la Península ibérica. No en vano, en este entorno, senderistas, naturalistas, montañeros, pescadores y la curiosidad de muchos viajeros han ido dejando sendas de alto interés paisajístico, caminos de contemplación para admirar el verde intenso y las montañas de un rincón algo escondido de la provincia de Zamora.
Este depósito de agua, a mil metros de altitud, es el resultado de los pequeños arroyos que surgen por el deshielo de los neveros de la Sierra Secundera y de la Cabrera Baja. El agua embalsada llega a alcanzar una longitud de más de tres kilómetros.
Esta rodeado por las sierras de Segundera, Cabrera Baja y Gamoneda, y a él llegan los Cañones de los Ríos Cárdenas, Segundera y Tera, surcado por numerosos valles y desfiladeros creados por las lenguas de glaciares. Los bosques más abundantes en el entorno del Lago de Sanabria son los formados por el roble melojo o rebollo. También se localizan unas interesantes manchas de acebo y tejo, mientras que los chopos y alisos son abundantes en las riberas de los caudalosos ríos que descienden de las cimas o comunican entre sí las distintas lagunas del interior del Parque Natural.
El lago es alimentado en su vertiente oeste por el río Tera, al que afluyen muy cerca el de las Cárdenas y el Segundera y, directamente el arroyo de Chanos. Por el norte, un pequeño arroyuelo de los manantiales cercanos a San Martín. Y por el sur, el de las fuentes del valle colindante. En su orilla sur surgen unas interesentes fuentes de aguas de alta calidad por su composición. Son conocidas por Baños de Bouzas de Ribadelago, que tiempo atrás fueron aprovechadas por un balneario, ahora en ruinas. En sus aguas, se encuentran especies como el barbo y la trucha, con ejemplares de espectacular tamaño.
LA SIESTA DURANTE EL VIAJE
Prado
de una esmeralda rutilante y ácida.
Sol de cobre cegante en el sembrado,
y de tul luminoso entre la plácida
fugitiva glorieta de glicinas.
Sopor, calor, fragancias bochornosas
de estrujadas corolas campesinas
y maceradas rosas.
Sopor, calor y pesadez, fatiga
que se acrecienta al recordar la fuente,
la casa blanca con la alcoba amiga,
la almohada limpia bajo nuestra frente.
La planta en el camino polvoroso,
la idea fija en el hogar lejano,
y un deseo creciente e imperioso
de la caricia fresca de tu mano.
de una esmeralda rutilante y ácida.
Sol de cobre cegante en el sembrado,
y de tul luminoso entre la plácida
fugitiva glorieta de glicinas.
Sopor, calor, fragancias bochornosas
de estrujadas corolas campesinas
y maceradas rosas.
Sopor, calor y pesadez, fatiga
que se acrecienta al recordar la fuente,
la casa blanca con la alcoba amiga,
la almohada limpia bajo nuestra frente.
La planta en el camino polvoroso,
la idea fija en el hogar lejano,
y un deseo creciente e imperioso
de la caricia fresca de tu mano.
Juana de Ibarbourou
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