Castro de Viladonga


El Castro de Viladonga, es un conjunto arqueológico compuesto por el yacimiento y un museo monográfico situado en la localidad de Castro de Rei. El castro se ubica a unos 550 m. de altitud, ocupando toda la cima de un monte en el borde noreste de la comarca de la Terra Chá lucense, muy cerca de la Sierra de Meira. en la provincia gallega de Lugo, que corresponde a los restos de un importante asentamiento fechado entre los siglos II y V d.C, en plena fase galaico-romana, por lo que este yacimiento se ha convertido en un paradigma en la investigación de los castros de esta etapa y también de los museos de sitio.


La importancia arqueológica y el interés histórico del Castro de Viladonga se puso de relieve a raíz de las excavaciones iniciadas en 1971, y desde entonces no se ha cesado en la investigación, realizándose periódicamente excavaciones y otros trabajos arqueológicos, y siendo muy importante la función didáctica que se ejerce desde aquí, tanto para escolares –para los que existen programas muy interesantes- como para todo tipo de visitantes.


Tanto por la monumentalidad y diversidad de las estructuras descubiertas como por la cantidad y calidad de los materiales aparecidos, todo lo cual dió lugar a que en 1983 se crease en él un Museo destinado a conservar y exponer estos hallazgos en su propio contexto.
Tanto en el Castro como en el Museo hay que destacar dos aspectos: por un lado, el carácter de documento histórico y científico que tienen las estructuras del yacimiento y los objetos hallados en él, correspondientes a la época castreña y galaico-romana, y por otro, su importante valor añadido, patrimonial y cultural, dirigido a toda la sociedad para su educación, formación y ocio.

El yacimiento es claramente un castro característico del tipo del noroeste. Tiene estructura de poblado circular rodeado por una muralla. Realmente no es una única muralla, sino varias, con sus correspondientes fosos, dos terrazas previas (o antecastros) y una amplia acrópolis o ciudadela en el centro. En esta zona es donde se han encontrado hasta el momento la mayoría de las edificaciones tanto públicas como privadas (casas, corrales y almacenes). El conjunto de las construcciones parece formar barrios ordenados en base a dos calles principales y una ronda paralela a la muralla principal.



Todo lo hallado en el Castro, como sus estructuras constructivas y la gran cantidad de materiales que continua encontrándose en las distintas campañas arqueológicas evidencian que hubo un asentamiento con ocupación duradera e importante, especialmente entre los siglos II y V d.C., etapa de convivencia y de mezcla de cultura entre la población galaica nativa y la romana conquistadora.




Comentarios

Gloria ha dicho que…
Muy interesante todo lo que cuentas. Yo visité el Castro del Monte de Santa Trega, nunca había visto ninguno y me resultó muy curioso.
Saludos.

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