MONTE FACHO

Día 22 de Julio, mi cuarto día de vacaciones , y de vuelta a Casa, me han hablado de un lugar en Hio que se come muy bien así que para allí nos vamos, no recuerdo el nombre, pero si que está enfrente al Cruceiro, llegamos allí y la verdad el lugar tiene la apariencia de un bar normal, pero la cocina estupenda, nos hemos tomado una empanada de Xoubas deliciosa y unos chipironcitos de la ría que estaban espectaculares, todo ello regado con un albariño de la casa que no tiene nada que envidiar a los de grandes cosecheros, y de precio normal, si mal no recuerdo con postre y café incluido sobre treinta y tantos euros.
(Esta foto del Cruceiro de Hio , no es actual, tiene mas de 15 años, es de la primera vez que estuve y le tengo un cariño especial)



Enfrente al crucero hay una caseta de información y como abría a las 16:30 esperamos un rato para coger algún folleto y ver lo que había por los alrededores, así que de allí nos dirigimos al área de Monte Facho y Cabo Home que se encuentra catalogado como espacio protegido dentro del espacio Red Natura 2000 y últimamente se está hablando de su posible inclusión dentro del Parque Nacional das Illas Atlánticas. , después de estar un rato contemplando el paisaje, nos dirigimos al Monte Facho. La palabra facho significa en gallego antorcha, y el término donón era una palabra celta que significaba recinto de piedra. El Monte do Facho se sitúa en la parroquia de Donón en la llamada Costa de la Vela o Soavela a escasa distancia del punto más occidental de la península del Morrazo, el Cabo Home. Su magnifico emplazamiento geográfico y estratégico hizo que desde remotos tiempos estuviera habitado por varias civilizaciones.
Sus escasos 160 m sobre el nivel del mar, no son problema para que desde el alto se pueda divisar todo un mundo; Desde Cabo Silleiro en Baiona, pasando por toda la bocana de la Ría de Vigo,la islas Cies que parecen desde aquí a tiro de piedra, la Ría de Pontevedra con las Islas Ons, toda la Costa de la Vela, Finisterre y sobre todo la inmensidad del Océano Atlántico. No es raro, por tanto, el emplazamiento de antiguos poblados y también por su encanto natural.

Para llegar a este castro no hay carretera directa, así que tendréis que aparcar a unos 200 metros y subir por una cuesta de piedras bastante importante (os recomiendo ir descansados ya que la cuesta tira lo suyo). Según vais subiendo por este camino podréis ver a mano izquierda del camino unas vías que se usaban para bajar las piedras de las excavaciones. Impresionan bastante ya que por el gran desnivel del terreno muchas de ellas se encuentran levantadas por encima del nivel del suelo. Una vez llegado a los pies del promontorio veremos una calzada de piedra centenaria por la que se asciende hasta lo alto. En ella se aprecian el rodaje de los carruajes sobre sus piedras.





















En cuanto empecemos a acercarnos ya empezaremos a ver restos de las excavaciones del poblado castreño llamado Beróbriga con alguno que otro castro solitario, un poco alejado de lo que sería el centro del poblado. Se pueden apreciar casi cincuenta castros circulares, de los cuales unos cuantos adquieren medidas inusuales de entre cinco y siete metros de diámetro y sobre todo un sinfín de piedras derramadas por toda la ladera proveniente de las viviendas y murallas que rodeaban el recinto.
Básicamente estos restos son el santuario de peregrinación más antiguo de Galicia. En su momento se podían admirar más de cien altares romanos de los siglos III y IV que plantados en la cima del monte honraban una enigmática deidad galaica llamada Bero Breus. Es el primer lugar sagrado de este tipo que se encuentra en la Península, con el que solo existen paralelismos en otros puntos de la costa atlántica europea.
Se dice que incluso antes del poblado castreño se situaba uno mucho más antiguo, quizás del siglo X al VII a.c. habitado por los pueblos de las comarcas llamados Helleni, cuya extensión era gigante, pero del que no quedan casi vestigios. Posteriormente fue habitado por los pueblos castreños desde el siglo IV al I a.c. aproximadamente. El abandono del castro se produjo sobre el siglo I a.c. debido a la marcha de sus pobladores a otros emplazamientos más "cómodos" para la caza y la pesca. Ya en el siglo II vendrían los conquistadores romanos que no serían capaces de que la población lugareña dejara de adorar a su dios, llamado Bero Breus, después de más de cuatro siglos.
Asociado a esta divinidad surgió aquí, sobre el siglo III, lo que fue uno de los templos de peregrinación religiosos más antiguos de la península, semejante sólo a otros distribuidos por zonas atlánticas y con influencias celtas. Así lo testifican las 174 aras encontradas dedicadas al dios Bero Breus, que hasta el momento de la excavación era desconocido. Se trata pues de un lar o dios local. Las aras eran ofrecidas al dios por los peregrinos y eran subidas por el penitente hasta lo alto de la cumbre. Una vez allí era puesta en frente al gran océano azul. Fue tal la cantidad de aras que se hizo necesario incluso un relleno de la parte más alta de la cima. El objetivo de este esfuerzo era pedir por la salud, como así lo atestiguan las inscripciones de las aras, que todas rezaban el siguiente texto en latín: "Deus lari Berobreo aram posuit pro salute". Su número masificado hizo que las aras fueran altas y estrechas y su aspecto contenían un gran influjo prerrománico. La existencia del templo es atestiguada por los hallazgos de unas columnas pero sabemos de sus existencia por ese "bosque de aras" descubierto. La mayoría de estas aras pueden verse en la actualidad en el Museo Arqueológico de Vigo situado en el Pazo de Quiñones de León, en Castrelos. La influencia del templo llegaba a casi todo el NO peninsular.
Este centro espiritual fue descubierto por los arqueólogos José Suárez y Thomas Schattner. En lo más alto de la cumbre existe una garita de vigilancia circular de muros y bóveda de piedras. Aunque su aspecto actual es del siglo XVIII sus bases forman parte de un antiguo faro romano o quizás prerromano, que formaba parte del sistema de aviso defensivo costero. En él se hacía una hoguera de paja mojada (facho) para que soltara una gran nube de humo y pudiera ser divisado desde muchos puntos de la costa galaica. Nos encontramos pues, ante un impresionante conjunto histórico datado con cierta seguridad, desde el siglo X a.c. y que perduró hasta el siglo IV d.c. Ni más ni menos que 1.400 años de asentamientos, tanto civiles como religiosos.
El Monte Facho, como la mayoría de los que podemos encontrar en Galicia esta constituido por una muralla circular que rodea el poblado y una serie de edificaciones circulares que en su momento tuvieron el techo de paja y que se comunicaban por estrechas callejuelas por las que apenas coge una persona. Además de estos castros también podemos encontrar una calzada romana, una garita de vigilancia centenaria que en su momento también se le dio uso de Faro, y numerosos petroglifos de más de 3.000 años de antigüedad.

















Historia y descripción

El Monte do Facho acogió a lo largo de siglos distintas expresiones de la vida en la comarca. Desde el siglo X a.C. hasta el siglo VII a.C., existió un poblado en la ladera Este del que apenas tenemos información salvo la de su excepcional tamaño. A partir del siglo VI a.C. surge el castro galaico, poblado fortificado que subsistirá hasta el siglo I a.C. De este aún podemos ver parte de las murallas, el foso, las piedras que conformaban sus viviendas y que hoy cubren las laderas del monte, los basureros en los márgenes del poblado, o la topografía actual del monte que deriva tanto de la construcción misma del poblado como de la configuración natural.
Posteriormente, un santuario levantado sobre la cumbre va a recoger las viejas creencias de quienes habían vivido en el castro para dotarlas, a lo largo de los siglos II al IV d.C., de un nuevo carácter, ahora marcado por el proceso de asimilación de la cultura latina en la región del Imperio Romano llamado Gallaecia. Finalmente en el siglo XVIII se construye un puesto de vigilancia costera con fines militares, del cual pervive la garita.
Los altares votivos, ara en latín, son los hallazgos más significativos de las excavaciones del Monte do Facho. Su función era ofrecer al dios un pequeño monumento que recoge en una inscripción su condición de exvoto, la divinidad a la que va dirigida y, en ocasiones, el nombre del dedicante y/o los motivos de la ofrenda. Los ejemplos del Monte do Facho constatan la interpretación que hacen los galaicos de los modelos originales romanos. Al lado de escasos ejemplos clásicos, encontramos la reformulación en el ambiente provincial galaico, con variaciones en la morfología y enriquecimiento ornamental hasta llegar después en las últimas fases del santuario a unas formas muy alejadas de los modelos romanos. Un proceso que expresa la creación de una identidad estética y simbólica galaico-romana.
El santuario de Berobreo se disponía en un área en pendiente que circunda la cumbre del monte. Existen restos de columnas que indican la existencia de un edificio, pero hasta ahora solo conocemos una disposición a cielo abierto de altares que, hincados en la tierra y en gran número, ocupaban buena parte de esa área. Una acumulación que motivó la tendencia de los monumentos a ser estrechos y altos, configurando lo que a la vista parecería un "bosque de aras". Al final de la existencia del santuario, el lugar se abandona; las aras irán cayéndose y amontonándose, a veces fragmentadas, para permanecer así hasta nuestros días.

Además de este poblado podremos disfrutar de unas de las mejores vistas de la costa de toda la provincia, y de una naturaleza digna de admirar. Acantilados, islas, bosques, playas, Faros... en menos de un kilómetro a la redonda podremos disfrutar de gran cantidad de lugares "paradisiacos". Para quién quiera ver algo más le recomiendo que se acerque hasta el mirador de Cabo Home y sus faros, antes de volver para casa nos acercamos a la playa de Melide, con unas dunas preciosas y las Cies de frente, una pena que no estuviese anocheciendo, seguro que la puesta de sol debe ser impresionante.

Comentarios

irene ha dicho que…
Me encanta Galicia, sus paisajes y su música, son preciosas las fotos, una buena clase de historia.
Besos, Chus.
Begoña S.R. ha dicho que…
Un completísimo reportaje!

Gracias por compartir

Bs.
johnny ha dicho que…
un lugar lleno de historia.
He visto tus fotos el flick y me gustan mucho sobre todo la de animales.
besos
Anónimo ha dicho que…
¡Que maravilla de fotos y recorrido !
Me ha encantado.

Besos !
beker ha dicho que…
Magnifico recorrido, impresionantes fotos !!!! Un abrazo
Dilaida ha dicho que…
Vaya fotos! Es una entrada preciosa.
Bicos
Isabella ha dicho que…
Hola Charo , que voy a decir de tu blog siendo gallega como soy ? que me encanta , lei tu comentario en mi blog y te conteste en esa entrada pero no se si me leiste o no xq mi msn me esta dando algun que otro problema , pero si te digo que claro que te hago el fondo que tu quieras encantada mi msn es :lamasborde_@hotmail.com si ves que no te acepto pasame el tuyo y te agrego yo xq muchas veces no me salen las invitaciones para poder aceptar a la gente o me mandas un correo con la imagen uqe quieres y como lo quieres .

bikos enormes reina
Isabella ha dicho que…
ay dios que te cambie el nombre Chus , perdoname que soy un desastre para los nombres :S .

que tengas buen domingo
Anónimo ha dicho que…
Preciosas fotos de Galicia...Gracias por visitarme. Volveré por aquí...Saludos
Anónimo ha dicho que…
Mis mejores deseos para el 2011, que no nos falte salud, amor y trabajo (que es lo principal)ni paisajes preciosos para recorrer e inmortalizar.

¡Besos!
Queixume ha dicho que…
Unha pena o abandono no que está o Monte do Facho. Voltarei a pasear polas tuas imaxes e verbas.

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